Cuando estamos frente a una pintura, acaso no estamos observando a través de ella, nuestro mundo y realidad interna?
Estas obras reflejan un cruce entre ellos. Un quiebre con las leyes de ambos mundos, invitando a habitar y vivenciar un espacio transicional, que fluye desde lo interno a lo externo y a la inversa.
Un camino recorrido en cada capa de pintura. La esencia de este gesto buscando, mostrando una armonia entre la naturaleza y aquello creado por el hombre. Sin invadirla ni perturbarla.
Reconciliarnos con el entorno, habitándolo no solo con nuestro cuerpo sino también con nuestro pensamiento, en un crecimiento que refleja la existencia de ese espacio intermedio.
Un interior que se funde en equilibrio con el entorno.